Consiliarios

Del índice de términos de In Dei Nomine, Libros de Actas, Datas y Cargos de la Cofradía del Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora de las Angustias (Campillos, 1648-1885) 

CONSILIARIO

    (Del lat. consiliarĭus).

  1. Consejero, persona que aconseja o sirve para aconsejar.
  2. En algunas corporaciones y sociedades, persona elegida para asistir con            su consejo al superior que las gobierna, o tomar parte con él en ciertas decisiones. 

«…y firmaron los que supieron en dicho día, mes y año y assimismo nonbraron por Consiliarios a don Diego Ygnacio, a don Benito de Aguilar, a don Joséphe Bohórques y a Martín Gómes Peña, los quales dichos Maiordomo, Secretario y Consiliarios  aviendo se les echo saber lo azetaron en fe de lo cual lo firmó su mersed y los hermanos que supieron»

«Cuatro setros para los consiliarios»

Hasta 1.936 todas las Hermandades de Campillos tenían en su seno Consiliarios; sin embargo, la única que ha mantenido la tradición es la nuestra. La primera reseña que de los Consiliarios se tiene, es la del Acta de fusión de nuestras dos advocaciones, 31 de marzo de 1.675 (ver Acta en el Capitulo Historia).

Posteriormente en el capitulo 5º de nuestras Constituciones de 1.798, se dice: DE LOS DOS CONSILIARIOS. Son de nueva creación y sustituyen a los dos alcaldes de las Antiguas Constituciones. Le corresponde sustituir por falta al Hermano Mayor. Llevarán en las procesiones varas o insignias de la Hermandad para que vayan en buen orden. Además, y tal como se indica en el Capitulo 16º de las citadas Reglas respecto a la contribución económica de los Hermanos, después del Hermano Mayor que debía abonar 100 reales de Vellón, se seguían precisamente los Consiliarios con 60 reales cada uno de ellos, lo cual nos indica que ya desde su creación han ostentado un cargo muy importante en el seno de la Hermandad.

A lo largo de su existencia han realizado otras tareas, como resolver disputas en las pujas para ocupar puestos preferentes en las varas de los Tronos, o pedir con las tasas el día 15 de agosto, Festividad de la Virgen, y fecha en que nuestra Hermandad tenía su JUBILEO.

En la actualidad, su misión es la de asistir en la procesión a quienes lo necesiten: Capataces, Mayordomo, portadores de Trono, varas de mando, penitentes, mantillas, etc.

Antiguamente su número era de doce más el niño de la “Campanilla”, portando uno de ellos una “turuta” (especie de rudimentaria trompeta) que utilizaban para dar avisos. El componente más antiguo del cuerpo de Consiliarios recibe el nombre de “manijero” y es la persona que asume la responsabilidad de velar por la armonía del grupo y hacer cumplir los estatutos internos que los regula como entidad fundamental en nuestra Hermandad.

Aunque el contacto entre ellos no se interrumpe en todo el año, es el Miércoles de Ceniza cuando celebran su primera reunión “oficial” que denominan “cuartelillo”. A partir de ese día, estos cuartelillos se celebran todos los miércoles y sábados de Cuaresma y culminan el Jueves Santo, donde son invitados todos los miembros de la Junta de Gobierno, sayones de ambos tronos y allegados al tradicional “potaje de garbanzos”.

Su indumentaria es muy espectacular y rica. Visten traje parecido al “goyesco” en terciopelo del color de la Hermandad a la que pertenecen, en nuestro caso de color negro. Calzan zapato negro con hebilla dorada, medias negras y pantalones de polainas con dos borlas a cada lado, a la altura de la pantorrilla. Llevan fajín de unos 30 centímetros de anchura, con escudo de la Hermandad bordado en oro a realce, y una especie de chaquetilla con cuello a la caja, adornada con tiras bordadas en el cuello y bocamangas. En el pecho, bordado en oro, el anagrama de Ave María enmarcado con las ramas de olivo que aparecen en nuestro escudo y la corona de realeza. Finalmente, la cabeza la cubren con un gorro que termina en punta que cae sobre la espalda.